Del Discurso
del Miedo al Odio
Seis años Después
Por:
Carlos Ambrosio Yáñez Guerrero
“Ya
dijeron de forma contundente con quién no caminar...
Ahora
falta saber con claridad hacia dónde quieren ir.”
Pedro
Manterola
El
problema no es el cambio; sino la involución de las ideas, que ninguno de los
actores políticos esta llamando al raciocinio y la cordura, sino veo cada día
mas fuego pasional de una absurda lucha entre dioses y demonios. Ante estas
campañas que se están volviendo carente de propuestas y de la perdida de la responsabilidad
de ser líder moral de una fracción del pueblo.
Es necesario recordarla
la participación del publicista y militante del Partido Popular español,
Antonio José Solá Reche, que dirigió la orquesta mediática que retumbo desde
Los Pinos, en el 2006, cuando ideó una de sus mantras más recordadas: “Andrés
Manuel López Obrador, un peligro para México”.
Estrategia
electoral, que logro restar al Tabasqueño un número representativo de electores
ante las diversas propuestas que este enarbolo en el año 2006, como riesgosas e
incluso peligrosas para la estabilidad nacional, sumándole a ello el descredito
que él mismo, sus arranques de mesías tropical.
Como resultado
de ello, una jornada electoral muy cerrada; donde las limitaciones de la
legislación electoral ante este nuevo fenómeno, donde las voces de “Voto por
Voto, Casilla por Casilla”; fueron acalladas por las decisiones erróneas de los
Consejeros Ciudadanos y enterradas por la calificación de la elección
presidencial por los Ministros de la Sala Superior del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación.
México olía a
fraude, con la llegada de Felipe Calderón Hinojosa a la presidencia y el vacío
de liderazgo de la izquierda mexicana; quedo acéfalo por querer imponer un
gobierno de sombra, bajo la figura de la “Presidencia Legitima”.
Seis años han
pasado y el discurso ha cambiado, sus aliados tradicionales como aquel reducto
del Salinismo y el Partido del Trabajo; y la franquicia llamada Movimiento
Ciudadano que fue puesta en bandeja de plata como una franquicia de similar comportamiento
de Nueva Alianza, y su defensa del candidato a Senador Plurinominal Alejandro
Puente, Presidente de CANITEC y defendido a capa y espada por Dante Delgado, y
un PRDismo con ofertas de más de lo mismo.
Un México, donde
las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, han logrado permear en las
regiones urbanas, dando opciones de intercambio de información y opinión entre
los usuarios, más allá de los medios tradicionales y el discurso oficial.
Vemos un
discurso falaz, basado en la República Amorosa; donde a través del toque
divino, se purifican figuras corruptas del aquel PRIismo con que arremete con
fuerza, como Manuel Barlett en Puebla o
Bayron Barranco en Veracruz, por mencionar ejemplos.
Y hablo de
falaz, porque sus aires de amor y reconciliación nacional; fueron consumidos
por su empeño de denostar al contrincante, antes de dar y sentar las bases de
ese famoso proyecto alternativo nación. Donde habla de generar la competencia y
acabar con los monopolios, pero se niega a considerar proyectos socialdemócratas
como el de PETROBRAS en Brasil, siendo que se supone que un partido que lo
abandera es de esa corriente ideológica.
Más
preocupante, es el discurso del odio que están tomando diversos sectores de la
sociedad civil; donde antes de combatir de las propuestas de gobierno, con los ¿cómos?,
se convocan a marchas contra Enrique Peña Nieto y el PRI, como receta mágica para
exorcizar todos los males que nos aquejan a cada familia mexicana.
Bajo la consigna
de votar por el PRI, no es votar por Peña Nieto; es votar por la Mafia del
Poder, por Salinas, por todo los sucio y corrupto que ha pasado en nuestra
historia post-revolucionaria, hasta la actual.
Nos dirigimos
hacia un tormenta de descalificaciones y acusaciones irresponsables, que lo único
que harán es seguir subiendo de tono de las pasiones, ante una estrategia que
su diferencia es muy marcada a la del 2006, porque esta va encausada, más allá
de liberar los temores de un pueblo, sino de despertar las más bajas pasiones,
reflejadas en intolerancia y violencia electoral.
Y los grandes líderes
o candidatos presidenciales, no han llamado a la cordura y al debate abierto de
las propuestas, a fortalecer la credibilidad y confianza del órgano encargado
de celebrar las elecciones, sino todo lo contrario; lo cuál nos lleva a un inevitable
ambiente de prefraude, con consecuencias fatales a las instituciones electorales.
Parafraseando
a Fernando del Paso: “Estaba en la forma
mezquina, irresponsable, imperdonable, en la que se fue construyendo una gran
mentira, una inmensa mentira. Estaba en el miedo que infundió en el votante la
campaña política más sucia que jamás se haya hecho en México.
Estaba
en cada palabra y cada imagen de esa campaña de calumnias, de imposturas, de
mezquindades, financiada con el dinero de los electores para confundir a los
propios electores, para provocar su incredulidad y su desconfianza. Y en muchos
casos, para provocar incluso la deslealtad a sus propios principios, sus
propias primeras intenciones, sus ilusiones.”
. . . AMLO . . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario